fotografía transforma lo que muestra, la dificultad del arte consiste en controlar esa transformación. Cuando vemos una fotografía nos preguntamos ¿quién es la figura del primer plano?, ¿qué lleva? ¿dónde lo llevaba?, ¿cómo algo tan expresivo entierra tantos secretos? Si hay algo fundamental en una instantánea es el encuadre de la imagen, es decir, que incluyes y que no, sin embargo, la historia de esa fotografía sobrepasa esos límites a través de la intuición. Dicen que se inventó la fotografía en 1839, sin embargo la idea de conseguir las fotografías había surgido hace muchos años. La cámara oscura es un fenómeno óptico sencillo pero difícil de creer, consiste en una sala estanca con un pequeño orificio que permite que entre un rayo de luz mínimo, con él, el mundo exterior va colándose poco a poco bocabajo y real como la vida misma, un fenómeno extraño pero totalmente natural.
La cámara oscura
Hasta la década de 1830, la ciencia no fue capaz de satisfacer el deseo de la fotografía, la fotografía captura momentos del tiempo y los fija en un lugar. El gran descubrimiento fue averiguar que algunas sustancias químicas eran fotosensibles, y podían usarse para crear imágenes pero el problema radicaba en que no sabían cómo detener la creación de la imagen, fijarla para que dejara de cambiar para que no acabara quedando en negro. Henry Fox Talbot fue de los primeros en investigar los procesos fotográficos, un genio pero que no sabía dibujar. Empezó a pensar en la cámara oscura y sus conocimientos, su mente empezó a encajar todas las piezas, y pronto fue capaz de captura los primeros negativos, significaron un gran descubrimiento, son la base de la fotografía moderna. Comprendió rápidamente que podía sacar copias de un negativo, pero le surgió un rival, Louis Daguerre con un nuevo método para fijas las sombras. Louis Daguerre empezó a investigar en 1824, produciendo cuadros dioramas a modo de espectáculo cinematográfico. Fijaba las imágenes en placas metálicas y conseguía una única imagen a diferencia de Talbot, aunque el resultado era una experiencia visual única.
El daguerrotipo
Un daguerrotipo, el espejo con memoria en el siglo XX, no se puede decir que sea un sistema convencional, la luz opera de otra forma, los granos de plata de la imagen se sitúan en la superficie cosa que no pasa en la fotografía. Es un proceso diferente puesto que la chapa que está en la cámara será la misma en el que se vea la imagen, muestra gran variedad de detalles, colores, pero no podían evolucionar más. El daguerrotipo tenía la desventaja que no podía sacar copias, por eso el sistema de Talbot se impuso. En esta guerra también influía el coste y la rapidez de conseguir la imagen. Los primeros daguerrotipos eran una especie de dibujo técnico y muy bien hecho, encerraban un misterio mayor, porque era un mundo en un espejo, las cosas estaban al revés. La cámara lo ve todo sin discriminar por eso estaba lleno de detalles. El mundo estaba modernizándose, la tecnología cambio la percepción del mundo para el ser humano. La fotografía y el ferrocarril colaboraron para conseguir uno de los logros más grandes de aquellos tiempos, los responsables fueron Eadweard Muybridge y Leland Stanford. Muybridge se dio a conocer por sus impresionantes panorámicas, Stanford acudió a él porque quería demostrar que un caballo levantaba las 4 patas cuando galopaba. Muybridge puso 24 cámaras con obturadores eléctricos que se pondrían en funcionamiento al paso del caballo, consiguió diseccionar el tiempo mismo.
Fotografía: un gran negocio
Los fotógrafos eran considerados unos empresarios ya que lo hacían por dinero. Una vez inventada la fotografía se planteó ¿ahora qué hacemos con esto?, la gran mayoría de las fotos tenían un fin comercial, nacieron las tarjetas de visitas que convirtieron la fotografía en un gran negocio, y la gente era consciente de que tenía mucho potencial, fue un fenómeno documental increíble. El estudio fotográfico seguía siendo fundamental, los clientes pensaban que destilaban modernidad. Las expresiones naturales no se veían mucho, Gaspard-Félix Tournachon más conocido como Nadar era un maestro en estas fotografías, era conocido como el Andy Warhol del país bohemio, un artista famoso que sacaba fotografías de los famosos con un estilo que revolucionó el sector. Los retrataba como a iguales, fotos normales que hacía que quedaran auténticos, eran considerados los mejores retratos. Existía la duda de si la fotografía era un arte, es fácil ser competente pero es difícil darle una visión personal, cuando alguien es capaz de encontrar una visión particular sabe que ha conseguido algo importante. Los fotógrafos recurrieron a la pintura para demostrar su valía, se colocaban donde antes habían estado los caballetes, y realizaban versiones modernas de las versiones de acuarelas. Pero veían el mundo al revés y bocabajo lo que aumenta la abstracción. Otros muchos artistas se interesaron por la fotografía. La forma en como los fotógrafos captaron el mundo ayudó a cambiar la tradición de las bellas artes, de la pintura, intentan conseguir cierta verosimilitud y muestran facciones del mundo, también buscan naturalidad. Para los creativos la fotografía era solo una herramienta, la despreciaban porque se había convertido en un negocio.
El carrete de película
George Eastman revoluciono el mundo de la fotografía, introdujo el carrete de película, pocos años después comercializo su idea en forma de cámara con el nombre de Kodak. La fotografía vive un momento álgido cuando los estadounidenses empiezan a producir cámaras estándar en las fábricas y a ponerlas en manos de todo el mundo, se puso de moda el famoso slogan “pulsa el botón, nosotros hacemos el resto”. Eastman para abaratar y promocionar las cámaras comercializo la cámara Brownie, la fotografía se puso al alcance de cualquiera que tuviera interés por ella. La revolución Kodak, no solo cambio el comportamiento de los que estaban detrás de las cámaras, sino también a los que se ponían delante que se acostumbraron a posar, aparece la sonrisa. Al mismo tiempo llegan los experimentos y casualidades, la fotografía revelo su naturaleza abierta y rebelde. Los aficionados van averiguando cosas sobre el proceso. La fotografías de aficionados no era más que un género considerado como no artístico, cualquier tipo de fotografía que se usa para algo excepto como forma de arte. A este género pertenecen algunas de las mayores joyas de la fotografía, joyas no planificadas que son un regalo del medio más que el producto de la genialidad de un fotógrafo concreto. Jacques Henry Lartigue fue aclamado como uno de los fundadores de la fotografía moderna, un aficionado que plasmó la entrada de Francia en el siglo XX, tal y como era a los ojos de un chaval divertido. En sus álbumes ves la vida de él, retratada por el mismo. Es un tributo a la fotografía no profesional del siglo XX, aunque tienen un precedente, la fotografía instantánea que detenía el movimiento para conseguir un efecto cómico, era un tema común entre los aficionados, él lo hacía con más estilo y osadía.
En aquella época se extendió un espíritu de liberación y Lartigue lo celebro con fotografías que detienen el movimiento, por eso el resultado fueron unas imágenes muy dinámicas. Sus fotos impresionaban más si nos fijamos en la época que las hizo, en el pictorialismo, solemne, triste, era la cara seria de la fotografía. Intentaban que la fotografía fuera aceptada como otra de las bella artes, y veneraban de la fotografía no artística, se conformó la riqueza creativa de esa época, para alcanzar ese estatus se retiraron a un mundo muy cerrado en el que imitaban grabados, dibujos…, seguían una creencia creativa que no tenía futuro. En ese momento, la fotografía como oficio choca con la fotografía como arte, están en contra de los aficionados sin prepararse y de los estudios comerciales. Estilísticamente y, en términos de contenido, se alejaron de ellos (paisajes, desnudos, etc…). Mientras el pictorialismo se quedaba atrás, el joven Lartigue experimentaba la vertiginosa emoción de la nueva era de la velocidad. A causa de la guerra, la gente dejo de interesarse por la modernización, y fue inevitable que la fotografía cambiara. Edward Steichen se dedicó hacer fotografías de reconocimiento aéreo, la nitidez y la precisión, y no los caprichos artísticos eran ahora lo importante. En los años 20 y 30 la fotografía se situó en la vanguardia de una violenta lucha ideológica que decidiría el destino del mundo.